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IL POSTINO

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martes, 9 de marzo de 2010

EL DESPRECIO Y LA FUGA

Año de la celebración del Mundial de Fútbol en Sudáfrica, se procede a quitar el velo a los diálogos traídos con la miniserie Shaka Zulu, que fue realizada cuando el apartheid seguía formando parte de la política del gobierno de Sudáfrica.

Capítulo 5

Shaka, ya con su corpulencia de hombre, es presentado ante su padre el Rey Zulú, quien lo considera heredero pero que abandone a su madre. Shaka reta a la decisión del Rey, manifestando que sería escupir en el orgullo de su madre, que nunca se doblegó ante la voluntad del Rey zulú, en no aceptar ser una mujer de segunda, sino debía ser reconocida como una de las esposas del Rey zulú. En la actitud colonial, la mujer fue ultrajada por los invasores, quedando en el imaginario colectivo del pueblo dominado ser el producto de la violación de las madres. Hubo un odio, rencor, era no aceptable, que se desentendieran de los hijos que procreaban, pero inevitablemente esto gestaría una nueva raza, desconfiada, que intentaría quitar el trono al padre, los bastardos ayudarían a liberar la colonia.

Shaka se vuelve un guerrero zulú, por ello acepta los símbolos de lanza y el escudo, pero no acepta usar el traje de heredero, a menos que sea obligado o invitado por la fuerza. Si su madre no es reconocida esposa del Rey, él nunca reconocerá al Rey.

Shaka Zulu es puesto en fuga, ha insultado al Rey al no obedecerlo, será cazado y van detrás de él por lo que debe huir y esquivar para no ser presa de los perseguidores enviados por su padre el Rey zulú.

En el camino de la huida, Shaka Zulú ayuda a alguien que había sido herido, lo cura, y ambos se prometen encontrarse de otra manera en el futuro, uno seguirá siendo fugitivo, él otro será Rey.

Cuando parecía que Shaka era capturado por los zulúes, está en posesión de los Mtetwa por haber ya cruzado su territorio. Y encuentra que el Rey de los Mtetwa es el fugitivo al que ayudó cuando estaba herido, Shaka sigue siendo fugitivo, pero él otro ha llegado a ser Rey, y suprime la persecución de los zulúes al Shaka, enviando decir que es invitado del Rey de los Mtetwa.

Cuando es presentado Shaka al Rey de los Mtetwa, se cuestionan lo que hacen allí, el Rey gobierna para los corazones agitados de su pueblo, el Shaka huye de los corazones agitados de su pueblo.

El Rey zulú, padre del Shaka, está enfadado de que su cría (que no ha criado) se haya unido al Reino más poderoso, aledaño al zulú, y encuentra una afrenta a su dignidad que Shaka tenga relaciones de poder más cercanas con una tribu poderosa, está en juego el trono del Rey Zulú.

Para el Shaka en la guerra, un hombre que es elegido para lidiar con la vida y la muerte en las batallas, tiene que ser un artista, no simplemente un asesino. Shaka está dispuesto a acabar las guerras que son una farsa, porque él considera que se vuelve ritual o fiesta no enfrenta a los guerreros, los luce como vedettes. La guerra no debe ser ganada por sumisión a las pruebas de poder, o representación ritual más avasallante, Shaka quiere que haya vencedores y vencidos, héroes y heridos, alegría y llanto. La fiesta en la guerra sólo consigue humillar a los grandes guerreros. El Shaka es humillado cuando sus sandalias quedan sueltas y su lanza se rompe. Son escenas fuertes, gente que se burla de la guerra y de los vanidosos guerreros que quieren victorias como Aquiles, y guerreros con ansias de batallas reales no simuladas donde su gloria pueda ser enseñada a generaciones futuras. El juego y contraste de la vida ritual que sublima las diferencias sin sangre derramada, los instintos básicos de lucha animal quieren ser liberados en una guerra...

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